Consecuencias del estrés laboral para el trabajador, su duración a corto y largo plazo
A la hora de plantear las consecuencias derivadas del estrés laboral, es necesario especificar que éstas se manifiestan en una doble vertiente:
- Los efectos del estrés laboral no sólo perjudican al individuo con la aparición de la enfermedad de origen tanto físico como psicológico.
- Sino que también van a producir de forma asociada un deterioro en el ambiente laboral afectando a la productividad, al rendimiento y a las relaciones interpersonales.
Consecuencias individuales
La respuesta clínica a una variable estresora supone la activación inmediata del sistema nervioso vegetativo (cardiovascular, metabólico, respiratorio y suprarrenal), así como la puesta en marcha de distintos procesos a nivel del sistema nervioso central en estructuras relacionadas con las emociones (amígdala, hipotálamo, hipocampo), con el objetivo de afrontar y neutralizar las demandas planteadas y percibidas como amenazantes por el trabajador.
Si la exposición al agente estresor es mantenida en el tiempo, tal y como se produce en las situaciones de estrés laboral, y los mecanismos adaptativos se mantienen de forma permanente, el proceso originado da lugar a un desgaste fisiológico que induce a la aparición de diferentes enfermedades, tanto en la esfera física (desregulación del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal, alteraciones inmunológicas, resistencia a la insulina, alteraciones cardiovasculares) como en la psicológica (alteraciones emocionales, trastornos del estado de ánimo, ansiedad, abuso de sustancias), dando lugar a un cuadro clínico progresivo y mantenido en el tiempo (Tabla 1).
Consecuencias de la duración del estrés laboral a corto y largo plazo
A corto plazo
- Dolores de cabeza por exceso de tensión
- Dolores musculares
- Calambres en el cuello, hombros y brazos
- Cansancio pronunciado
- Problemas de concentración
- Sentimiento de frustración, irritabilidad y/o enfado
- Llanto frecuente
- Incremento del consumo de alcohol
- Cambios de apetito (pérdida y/o aumento de peso)
- Dificultades para conciliar el sueño
- Mal genio
- Lapsus frecuentes de memoria
- Sofocos
- Sentimientos de ansiedad o impotencia
- Apatía y desesperación
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A largo plazo Físicas
- Trastornos neuroendocrinos: en el ritmo del cortisol, aumento de catecolaminas, alteraciones en el metabolismo de la glucosa
- Trastornos cardiovasculares: aumento de la presión arterial, incremento de la arteriosclerosis, aumento del riesgo cardiovascular, favorece la arritmogénesis, alteración de la coagulación
- Trastornos musculoesqueléticos: aumento del tono muscular, favorece el mantenimiento del dolor crónico en región cervical y lumbar
- Alteraciones dermatológicas: interviene en la génesis y exacerbación de psoriasis, alopecia, eccemas y dermatitis seborreica
- Otros trastornos: Alteraciones de la ventilación, cefalea tensional y migraña
Psicológicas
- Emocionales: humor disfórico, tristeza, disminución de la capacidad de relación, incremento de la irritabilidad, astenia, fatiga, ansiedad inespecífica, trastornos del sueño, trastornos adaptativos con ansiedad y depresión
- Cognitivas: pérdida de concentración, dificultad de memoria, déficit de atención, sensación de temor infundado y temor a la pérdida de control de la situación
- Comportamentales: aumento en el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, alteraciones en la alimentación, trastornos de la conducta alimentaria
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