Marta Balmaseda profesora que sufrió mobbing o acoso laboral en la escuela de arte de León

Marta Balmaseda en su casa de Madrid – Raquel p. vieco

«No oigo bien. Me he quedado sorda por saturnismo, por el plomo», comenta Marta Balmaseda al otro lado del teléfono. Vive en Madrid desde que se jubiló en 2011. «Hasta ese día, el 10 de enero —asegura— sufrí acoso». La profesora pasó por un calvario en la Escuela de Arte de León, otro en los tribunales que tardaron cuatro años en dictar sentencia firme y ahora sufre la afrenta de ver impasible a la Junta.

El plomo que le ha causado el saturnismo, ¿tiene algo que ver con el acoso?

No exactamente, pero sí. Dijo la forense, Margarita de la Iglesia, que tenía muy bajas las defensas y me había afectado más lo del plomo. Me dieron una baja por enfermedad profesional (tenía el plomo a 72 cuando lo normal es 0) y luego la jubilación a los 65. Por el acoso no me han hecho ni puñetero caso. El año pasado pasé por un tribunal médico porque tengo plomo en los huesos largos y me han aumentado la prestación un 30%, pero la Junta no ha creado el fondo para pagarme ese suplemento.

¿Es cierto que usted carecía de extractores en su taller?

Totalmente. En el taller del otro profesor, mi acosador, sí había extractores.

Ganó un juicio a la Junta y le han indemnizado con 14.500 euros. ¿Se siente resarcida?

Para nada. Ese dinero me ha servido para pagar al abogado, al psicólogo, al forense y seguir pagándome las sesiones de terapia que tengo con Iñaki Piñuel porque aún lo necesito. Pero no piden responsabilidades a las personas que consintieron el acoso, desde la Inspección hasta el que era director provincial de Educación, hoy alcalde de León, ni a su ejecutor, que sigue como jefe de departamento.

¿Por qué demanda a la administración y no al profesor?

Denuncié a la administración por dejación de funciones. Entonces (2006) no había una ley contra el acoso. Y fue contra la administración porque si el primer día que lo pedí viene la Inspección y actúa esto no hubiera pasado. Así he estado 15 años sufriendo porque me tenía entre ceja desde que me presenté a examinarme.

¿Había algún motivo? 

No. Es un misógino. Se metía a saco con la directora y siempre apostillaba a otro compañero del equipo directivo: «Contigo no va nada». Me consta que la profesora que me sustituyó, Marta de Paz, ha presentado numerosas quejas al director de la escuela y a la Dirección Provincial desde el 2008 porque también bloquea su trabajo. Yo tenía titulación para dar Volumen, Tallas de Madera y Piedra y Dorado y Policromía y luego saqué el de Vidrieras Artísticas y la licenciatura de Bellas Artes. Cuando estaba estudiando esta carrera fue cuando me di cuenta de que lo lo que me pasaba era mobbing. Una vez me mandó montar una exposición y cuando llegó lo quitó todo de mala manera, delante del jefe de estudios. Me desacreditó delante de madres de alumnado. Yo nunca le he descalificado como profesor a pesar del acoso; él, siempre.

¿Ha vuelto a verle desde que ganó el juicio? 

No, pero me quita el sueño. Tengo pesadillas porque me amenazó de muerte.

¿Se sintió apoyada por sus compañeros y compañeras? 

Sí, y por la dirección. Primero fue Eugenia Navajo, lo dijo muchas veces en la Dirección Provincial, luego fueron Laura y Concha, quien pidió su destitución y no la hicieron caso. Las tres vinieron al juicio. Fue también Elena, mi compañera, y los alumnos adultos; y el jefe de estudios, Jesús Trapote y Benito García porque delante de ellos y de 26 alumnos me amenazó de muerte. Me dijo: «Un día voy a coger una escopeta y te voy a dar tres tiros y aquí se terminará el problema».

No ha nombrado al actual director, Alkios Sanabria. ¿Coincidió con él? 

Cuando me vine a Madrid jubilada, no recibí una llamada del director del centro. Cuando era maestro de taller sí me defendía, pero al ser nombrado director en la Dirección Provincial le impusieron que nombrara a Fernando Vicent como jefe y a mí no me veía con buenos ojos, porque me opuse.

La Consejería de Educación ha alegado que no abrió expediente porque «nadie lo ha pedido»… 

Eso es una idiotez y una ofensa. Es como si yo te mato y no me meten en la cárcel. Lo tiene que hacer la administración porque es su obligación.

Ahora dicen que ha prescrito la posibilidad de abrir un expediente disciplinario. ¿Va a exigir a la administración que haga algo? 

Otra mentira. Recibí malos tratos hasta que me jubilé, el 10 de enero del 2011 y más aún tras presentar la demanda en 2006. Es una falta muy grave. Después de que salió la sentencia Vicent estuvo dos meses intentando anularla alegando que no le habían dejado defenderse, pero el Tribunal Superior de Justicia no lo admitió. Es una sentencia firme. Luego ha estado 15 meses de baja, tiempo en el que podían haber hecho el expediente sin problema. Si a este señor no le sancionan hablaré con mi abogado y aunque no tengo obligación creo que se lo debo a mis compañeros y me lo debo a mí misma.

Entonces, ¿a qué atribuye usted la actitud de la administración? 

Yo creo que este hombre tiene alguien que la protege, no sólo Comisiones Obreras, que es su sindicato. Cualquier otro profesor, yo misma, estaría en la calle con esta sentencia.

Ahora han dejado en manos de la escuela su continuidad como jefe del departamento. ¿Qué cree que va a pasar?

Es una pantomima. Lo quieren tapar todo con el asunto de la prescripción. Valladolid mandó una carta al director para que pregunte al departamento si el profesorado está o no de acuerdo con que siga. Una profesora dijo que sí, por antigüedad y experiencia, y la otra que no. Me parece lamentable que la Junta anime con campañas a denunciar el mobbing y luego lo consienta. Este señor y otros como él van a seguir acosando porque no les hacen nada.

Fuente: Diariodeleon.es